CARACOLA
La arenilla y los fierros de los rieles oxidados del desierto, resuenan en quejidas por el golpe del viento. En el espacio abierto que esta noche voy recorriendo no hay nada. No existe nada solo llevo conmigo la caracola de mi oido izquierdo, ella me da el aviso de los tiempos desolados, de lo tiempos donde guardaremos silencio.
La arenilla roja nos dara refugio y el calor y nuestros corazones seran abrigados y alimnetados del color rojo fuego y de su estela beberemos la esencia sanadora que dejaron los pisares de nuestros ancestros.
Culminara todo con un soplo de viento, el primero arbol que encontremos reposara nuestro cuerpo, plantaremos la semilla y de la tierra renaceremos.
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